Frente a la tendencia a que tengan más relevancia en los centros educativos los
alumnos que tienen conductas disruptivas, nuestra propuesta trata de visibilizar conductas pacíficas y dignas de elogio entre los alumnos, de forma que sirvan
de ejemplo para los demás.
Cada trimestre, se eligen por parte del equipo educativo de cada clase a dos alumnos para los siguientes premios:
- Premio a la superación personal: Alumnado que realiza un esfuerzo de mejora digno de ser premiado en cualquiera de los ámbitos educativos –estudio, comportamiento, relaciones, superación de problemas personales, etc-. Se puede considerar aquel alumnado que saca un buen rendimiento a sus capacidades aún no siendo personas que destaquen especialmente.
- Premio a la excelencia: Alumnado que destaca tanto por sus resultados académicos como por sus buenas relaciones con los demás alumnos y el profesorado.
- Premio naranja: Alumnado que trasmite simpatía en su relación con los demás, que respeta a los demás, se relaciona asertivamente y tiene actitudes constructivas a nivel de estudios y de relaciones.
A los alumnos premiados se les hace entrega de un
diploma y los alumnos de la primera evaluación, participan en un proyecto de construcción de manos de barro
–decoradas por cada alumno- que se
adherirán a las paredes del centro como signo de que participan en la
construcción de un centro en paz.
Los objetivos del proyecto son:
- Reconocer las conductas positivas de los alumnos.
- Focalizar la atención del alumnado en conductas que construyen pacíficamente el centro educativo.
- Premiar esas conductas con un diploma y con la participación en la construcción de azulejos con manos de barro
- Dejar un recuerdo permanente en el centro de los alumnos con conductas positivas.
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